Cuando Javier Milei asumió la presidencia de Argentina hace casi un año, el país se encontraba enfrentando numerosos desafíos económicos: una inflación desbordada, reservas bajas, pobreza creciente y un déficit fiscal crónico. Sin embargo, en medio de estos obstáculos, el sector energético ha emergido como la joya de la corona de su gestión, presentando no solo un resurgimiento de las inversiones, sino también un significativo flujo de dólares que está ayudando a estabilizar la economía del país.
Desregulación y Crecimiento de las Inversiones Energéticas
Uno de los principales motores de este cambio en la industria energética ha sido la desregulación. El gobierno de Milei ha tomado la decisión de liberar las exportaciones de petróleo y gas, eliminando las restricciones del pasado y permitiendo que el sector privado tome un papel más activo en la explotación de los recursos naturales. Esto ha abierto nuevas oportunidades de inversión, tanto para empresas nacionales como extranjeras, y ha generado ingresos cruciales para el país.
Uno de los acuerdos más importantes en este sentido fue la firma con Brasil, que permitirá exportar gas de Vaca Muerta, la principal cuenca de hidrocarburos no convencionales del país, a partir de 2025. Este acuerdo no solo refuerza los lazos comerciales entre ambos países, sino que también abre una nueva fuente de ingresos para Argentina, al tiempo que contribuye a la integración energética regional.
Grandes Inversiones en Vaca Muerta
Vaca Muerta, una de las mayores reservas de gas y petróleo no convencional del mundo, se ha consolidado como el epicentro de la revolución energética de Argentina. El gobierno ha logrado atraer inversiones multimillonarias en la región, y varias empresas, como YPF, Pampa Energía, Pan American Energy (PAE) y Golar, han anunciado importantes proyectos de expansión.
La incorporación al Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI) de proyectos como el “Vaca Muerta Sur” y la construcción de una planta de Gas Natural Licuado (GNL) en Río Negro, reflejan la confianza en el sector y la disposición del gobierno a fomentar la inversión privada. En total, estos proyectos suman casi USD 6.000 millones en inversiones directas, y se espera que, en los próximos años, la producción de gas y petróleo en la cuenca neuquina se multiplique, lo que generará un impacto positivo en las exportaciones y en la balanza comercial de Argentina.
Un Superávit Energético que Revitaliza las Finanzas Públicas
El impacto de este resurgimiento energético es palpable en las finanzas del país. Durante los primeros nueve meses de 2024, Argentina registró un superávit energético de USD 3.709 millones, lo que significó una mejora significativa con respecto a años anteriores. Esta cifra es especialmente relevante, ya que, desde 2015, el saldo energético solo había sido positivo durante la pandemia de COVID-19. De acuerdo con las proyecciones oficiales y privadas, el superávit podría alcanzar los USD 5.000 millones al cierre de 2024 y superar los USD 10.000 millones en 2025, un escenario que marcaría un cambio estructural en la economía argentina.
La Secretaría de Energía destacó que, entre enero y septiembre de 2024, Argentina exportó energía por un total de USD 7.995 millones, lo que no solo ha mejorado las reservas internacionales del Banco Central, sino que también ha contribuido a reducir el gasto en subsidios. La disponibilidad de energía más barata ha permitido una disminución en los costos para consumidores y empresas, lo que impulsa la competitividad de la industria local.
Proyectos Estratégicos y el Papel de las Iniciativas Privadas
El avance en el sector energético no solo se ha limitado al petróleo y el gas, sino que también ha dado un paso significativo hacia el desarrollo de nuevas infraestructuras energéticas. A lo largo del año, el gobierno ha abierto la puerta a la primera iniciativa privada para ampliar el transporte de gas desde Vaca Muerta, lo que permitirá mejorar la distribución y, a su vez, aumentar las exportaciones.
Este enfoque de fomentar la participación del sector privado en proyectos estratégicos también se reflejó en la firma de un Memorándum de Entendimiento con Brasil para el desarrollo de infraestructura de gasoductos que permita exportar gas natural a ese país vecino. El acuerdo, aunque aún está en sus primeras etapas, podría ser uno de los convenios comerciales más importantes de la historia bilateral entre ambos países.
El gobierno argentino ha subrayado en múltiples ocasiones que las grandes obras de infraestructura, como los gasoductos y las plantas de GNL, no contarán con financiamiento público, lo que pone en evidencia la confianza del gobierno en las capacidades del sector privado y en los incentivos fiscales del RIGI.
Perspectivas a Largo Plazo: Vaca Muerta como Pilar de la Economía
La consultora PwC Argentina ha destacado el enorme potencial de Vaca Muerta, señalando que el país podría alcanzar un superávit energético de hasta USD 30.000 millones para 2030. Este pronóstico subraya la capacidad geológica de la cuenca para llevar a Argentina a niveles de producción energética nunca vistos, consolidando al sector energético como uno de los pilares más sólidos de la economía nacional.
El desarrollo de Vaca Muerta, con su capacidad para generar miles de millones de dólares en ingresos por exportaciones, podría ser el factor clave para aliviar las restricciones de oferta de divisas que históricamente han afectado a Argentina. La importancia de esta industria también se refleja en la inversión extranjera directa, que sigue aumentando a medida que el país se posiciona como un destino atractivo para las empresas petroleras y gaseras.
La Apreciación del Peso y el Alivio al Banco Central
Uno de los efectos más inmediatos del auge energético ha sido la apreciación del peso argentino. Según la consultora 1816, la perspectiva de un superávit de USD 15.000 millones anuales provenientes de Vaca Muerta podría contribuir significativamente a mantener un tipo de cambio más estable en el futuro cercano. Esto, junto con las políticas fiscales y cambiarias implementadas por el gobierno, ha generado expectativas de un peso fuerte por primera vez en muchos años.
Además, el acceso a financiamiento privado, que alcanzó los USD 7.500 millones en los primeros diez meses de 2024, también ha sido crucial para reducir la presión sobre las finanzas públicas. La mayoría de estos recursos provienen del sector energético, lo que refleja el crecimiento sostenido de la industria y su papel fundamental en la economía argentina.
En menos de un año de gobierno, Javier Milei ha logrado posicionar al sector energético como uno de los principales motores de la economía argentina. Gracias a la desregulación, el impulso de las inversiones y el desarrollo de Vaca Muerta, el país ha logrado no solo mejorar sus reservas y reducir el déficit fiscal, sino también convertirse en un actor clave en el mercado global de energía. Si bien aún existen desafíos por superar, el sector energético se perfila como una de las grandes herencias de la gestión de Milei y un pilar fundamental para el futuro económico de Argentina.